
Descripción:
Por medio de la recolección de libros, su registro, solicitud y entrega, tomamos parte en la tarea del fomento de la lectura y práctica de la misma y así lograr un impacto social que genere un sentimiento de curiosidad por leer y de dadivosidad por regalar libros para compartirlos con otras personas, logrando un cambio positivo y provechoso en sus vidas.

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Objetivos.
Nuestros objetivos específicos:
1. Fomentar la lectura entre la sociedad para incrementar los niveles de conocimiento, tanto general como en sus distintas ramas.
2. Aumentar el conocimiento de datos y cuestiones de cultura general, vocabulario, impulsar el pensamiento crítico, la creatividad, entre otros.
3. Hacer accesible la adquisición de libros a toda la comunidad y ayudar a la economía del país. Los libros no tendrán costo alguno.
4. Inspirar a las personas a ser compartidas y solidarias con aquellos que no tienen los medios para adquirir libros y a cambiar la vida de otro gracias a un libro.
Un poco sobre la situación actual.
En diversas ocasiones, la lectura se llega a presentar como un privilegio de acceso limitado y nosotros queremos tomar parte en la responsabilidad de esparcirla hacia aquellos sitios que la necesitan. Por otro lado, así como existen estás personas que están desprovistas de poder leer, existen también individuos que poseen libros en sus hogares, mas no hacen uso de ellos o desean poder deslindarse de los mismos.
El segundo punto planteado en el párrafo anterior también forma parte de nuestra problemática, puesto que dichos libros no están siendo aprovechados en su máximo potencial, están pasando por un proceso de degradación, generan polillas y hongos y también ocupan espacio innecesario -puesto que ya no se leen- en los hogares de sus dueños. De ahí que nos damos a la tarea de buscarle nuevos dueños a estos libros abandonados.
Otra situación que cubrimos se desarrolla en el ámbito económico. Aunque existen muchos libros buenos a un precio accesible, este lo es para tan solo algunos de los estratos de la sociedad; un precio considerado bajo para un buen libro es de entre $20 y $50 pesos; mas esta cantidad puede representar un día de comida de una familia de escasos recursos, por lo cual, sería una prioridad su alimentación por sobre el adquirir un libro.
Dice Sergio Mota Marín -exembajador de México en Dinamarca y conocedor del tema editorial en el ámbito internacional- que los títulos del Fondo de Cultura Económica (FCE), no se promueven y por lo tanto no se venden. Calcula que el FCE tiene como 5 millones de libros almacenados, que debieran estar en las bibliotecas públicas y no en las bodegas. “No sólo se trata de promover la imagen de México en el mundo sino de contribuir a la difusión del español…” mencionó.
Tomando base en los comentarios de Sergio Mota Marín, consideramos que los libros -de distintos géneros- deben ser promovidos como parte de la difusión de los idiomas y la cultura de otros países; aún así, diferimos con la idea de que sean vendidos, por ello, nuestro movimiento/proyecto cumple con los puntos anteriores -mencionados ya en estos párrafos- y más por medio de la recolección y entrega gratuita de libros a aquellas personas que lo soliciten; y en consecuencia, aumentar el conocimiento de cultura general, vocabulario, impulsar el pensamiento crítico, la creatividad... según el libro
De acuerdo con un cálculo de la Academia española de la lengua actualizado al 2010, mientras “un ciudadano medio utiliza entre 500 y 1000 palabras” del español para comunicarse de manera cotidiana, los jóvenes usan un 25%, “algo más de 240”. El castellano cuenta con casi 100 mil vocablos, es decir que, de ese gran abanico de posibilidades, utilizan un 0,03%.
En un reportaje en La Nación, Pedro Barcia, presidente de la Academia Argentina de Letras, fue categórico y alarmista: “Cuando no hay capacidad de expresión se achica el pensamiento. Lo vemos todos los días con jóvenes que no leen, que no saben escribir correctamente y terminan con un lenguaje empobrecido. Y ese empobrecimiento intelectual y verbal –arriesgó Barcia– le hace muy mal al sistema democrático”.
Además, en México se leen 3.8 libros al año por persona. Los materiales de lectura consultados con mayor frecuencia por los mexicanos son los siguientes: un libro de texto o escolares, dos periódicos y tres páginas, foros o blogs digitales, de acuerdo con el Módulo sobre Lectura (Molec) del Inegi para el 2018.
En México 1 de cada 10 lectores dijo que su velocidad de lectura es lenta, 5 de cada 10 afirmaron que es regular, 3 de cada 10 que es medianamente rápida y sólo 1 de cada 10 dijo que su lectura es muy rápida. Esta tendencia se mantiene en hombres y mujeres de todos los grupos de edad.
Sólo 2 de cada 10 lectores comprende totalmente el contenido que leyó 6 de cada 10 dicen que comprendieron sólo una gran parte y 2 de cada 10 dijeron que comprenden sólo la mitad o muy poco de lo que leen. Pese a ello, solamente 37.6% de la población consulta fuentes como diccionario, enciclopedia o internet para fortalecer la comprensión lectora.
Para incrementar estas cifras de manera positiva y eficiente, la solución es promover la lectura, practicarla y sobre todo, dar acceso universal a la misma a través de los libros; parte de los motivos por los cuales este proyecto toma lugar entre nuestras prioridades.
El proyecto se enfoca tanto hacia jóvenes como a personas de otras edades, pues como ya se ha comentado, la lectura no es fuero de élites, al contrario, es para todo el público sin distinción alguna.

“Un hogar sin libros es como un cuerpo sin alma”.
-Cicerón
“El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”.
-Miguel de Cervantes
"Un lector vive mil vidas antes de morir. El que nunca lee sólo vive una."
-George R.R. Martin
